Osar pensar en construir un estado que piense (I)
Albert Calderó
Un estado competente es una inteligencia colectiva organizada, capaz de alcanzar el progreso continuo económico y social para una sociedad de miles o millones de ciudadanos. Un estado competente es un estado que piensa.
Un estado que piensa es una coalición estable, cultivada activamente, de un conjunto amplio y diverso de élites que piensan. Élites empresariales, funcionariales, militares, políticas, científicas, profesionales y sociales que piensan y gestionan la coalición de élites y el progreso económico y social.
Un estado que piensa puede ser o no independiente, y un estado independiente puede pensar o no.
Es evidente que Escocia es un estado que piensa, aunque no es independiente, y aunque miles de escoceses formen parte de las élites estatales del Reino Unido. E igualmente Massachusetts piensa. Y Delaware piensa, aunque nunca sale en los periódicos (no quiere salir). Los Estados Unidos es uno de los Estados que mejor piensa del mundo, y se nota. Es un estado que piensa federalmente, muchos estados federados piensan incardinados con el estado federal. Y también hay en los Estados Unidos estados federados que no piensan.
Hay estados independientes muy pequeños que piensan, como Luxemburgo o Islandia. Tiene mérito.
Y, por desgracia para sus residentes, hay estados independientes, incluso grandes, que no piensan, como Irak o Afganistán, y hay muchos otros, que no piensan. En general no les va bien.
Muchos estados han conseguido la independencia sin pensar. Simplemente porque el estado matriz les ha hecho independizarse o les ha dejado independizarse, o se ha disuelto. Hay muchos ejemplos.
También hay estados disfuncionales, que tienen élites poderosas y organizadas que piensan, pero que no tienen coalición entre ellas, y que luchan entre ellas por la hegemonía. Estos estados típicamente tienen etapas buenas y malas, y transiciones imprevisibles entre unas y otras. Rusia, China e India son buenos ejemplos. Son estados inquietantes donde puede pasar cualquier cosa, incluso que tengan etapas en las que vayan bien.
Hay dos grandes factores que ayudan mucho a los estados a pensar. Uno es la economía de mercado y el otro es la democracia. Tanto uno como otro son sistemas flexibles, auto-regulados y meritocráticos, que facilitan las coaliciones de las élites y al mismo tiempo la adaptación de los sistemas a los cambios. Cuanto mejor funcionan estos dos factores mejor piensa del estado. Y cuantos más "checks and balances" tiene un estado mejor piensa.
Una vez definido este escenario conceptual propongo cuatro tesis.
- España es un estado disfuncional.
- Cataluña es un estado que no piensa.
- Tanto si Cataluña aspira a ser un estado independiente como si aspira a formar parte federalmente de las élites españolas, tendría que atreverse a pensar en construir Cataluña como un estado que piensa.
- Tanto si España aspira a integrar Cataluña federalmente, como si aspira a integrar las élites catalanas sin reconocer a Cataluña como sujeto político federado, como si acepta la independencia de Cataluña, tendría que atreverse a pensar en construir España como un estado que piensa.
En próximos artículos de esta serie profundizaré en estas cuatro tesis.