Killing Eve, o la Actoral, la Franca i la Misteriosa

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La comedia negra Killing Eve nos adentra en la intensa relación entre Villanelle, una asesina psicópata, y Eve Polastri, analista de la inteligencia británica asignada para capturarla; una y otra se obsesionan en una espiral de amor-odio de cuatro intensas temporadas, con múltiples intentos de asesinato mutuo -y otros momentos de gran complicidad.

De todos los elementos que conforman las personalidades de las dos inteligentes protagonistas, me centro en lo que en nuestro método llamamos 'exteriorización emotiva'. Todos sentimos emociones, pero no todos las manifiestamos igual; hay personas que aparentemente no manifiestan ninguna emoción, mientras que hay otras personas a las que podemos ver todo en la cara. Y también hay personas que manifiestan emociones que quizás no son las que sienten, pero que lo hacen de forma convincente.

Eve Polastri es un buen ejemplo de lo que en nuestro método llamamos persona F, Franca. Una y otra vez, las expresiones de su cara comunican qué siente, qué piensa, cómo vive esa situación. La investigadora comunica casi siempre con su lenguaje no verbal lo que piensa, incluso cuando no quiere comunicarlo. Si Eve se enfada, vemos que se ha enfadado. Si intenta que no se note que se ha enojado, seguimos notando que se ha enojado -nosotros y el resto de personajes de la serie, que aprovechan esta información siempre que pueden. Su expresividad es un elemento importante del personaje, aunque a medida que avanza la serie intenta aprender y esconder algunas de sus emociones, como a menudo hacen las personas F cuando toman conciencia de esta necesidad en su entorno profesional.

Otro personaje importante de la serie -que es un muy buen ejemplo de exactamente lo contrario- es la jefa del Eve en el MI6, Carolyn Martens; una persona M, Misteriosa. Alguien que apenas comunica emociones con sus expresiones, que tiene un grado de autocontrol emotivo tan grande que hace muy difícil saber qué piensa sólo mirándole la cara, ni escuchando el tono de su voz. La ausencia de exteriorización emotiva de Carolyn contrasta en sus diálogos con Eve, donde la primera no transmite más información que sus palabras, mientras la segunda con sus reacciones delata mucho más de lo que estrictamente dice. Carolyn es una Misteriosa muy extrema, con un grado de autocontrol exagerado, incluso sobre las emociones y no sólo sobre su exteriorización. Un rasgo que le resulta muy útil en su trabajo en la Inteligencia Británica, pero que en la serie vemos que la lleva a problemas personales importantes, por ejemplo con sus hijos.

Villanelle, en cambio, hace de su exteriorización emotiva un arma más en su arsenal de asesina profesional; expresa emociones, pero casi siempre sólo las que quiere expresar, y casi nunca las que realmente siente -especialmente cuando las expresa delante de alguien. Es una persona A, Actoral; manifiesta emociones en público que no tienen por qué ser las que realmente siente, sino las que cree que conviene sentir y mostrar en ese entorno. Esto le es muy útil cuando se hace pasar por otra, para poder acceder a la siguiente víctima de sus asesinatos, pero también para intentar ocultar su falta de empatía o, directamente, el placer que siente matando a otras personas -que es evidente cuando sólo la vemos los espectadores y el personaje asesinado. Villanelle es una Actoral que, gracias a su maestría en este rasgo, consigue seducir a quien sea necesario, convencer de su inocencia, pasar desapercibida... Lo que se necesite según el contexto, en función de su objetivo.

En nuestros equipos de trabajo también encontramos a estos tres tipos de personas; algunas son conscientes de ello, e incluso utilizan estrategias para gestionar hábilmente su tipo de exteriorización emotiva, pero otras no. En Killing Eve vemos cómo Eve evoluciona y, sin dejar de ser una persona Franca, aprende a limitar mínimamente su expresividad algunas veces. En cambio, para Carolyn ser Misteriosa es una parte fundamental de su profesión -y de su vida-, y no ve la necesidad de comunicar ninguna emoción nunca -aunque en la serie vemos alguna muy de vez en cuando , para disfrute de los espectadores.

En esta dimensión, como equipo, no es importante tener o no tener los tres tipos de exteriorización emotiva; lo que sí conviene es entender cuál es la nuestra y cuál la del resto de miembros, y qué grado de control o descontrol tenemos en cada caso. Idealmente, todo el equipo puede ayudarse para reconocer y controlar los diferentes tipos de exteriorización emotiva de sus miembros, para conseguir no sólo un mejor trabajo conjunto sino también en nuestras relaciones profesionales con otras personas de fuera del equipo; si nos conviene enviar a nuestra persona Misteriosa a una reunión para que el resto de asistentes no sepan qué pensamos sobre lo que se trata, o si conviene que la persona Franca haga aquella exposición tan apasionada, o si conviene que la persona Actoral fundamente la relación comercial que nos interesa con un determinado cliente... Además, las personas Misteriosas y Actorales no transmiten favoritismos hacia el resto de miembros del equipo cuando están en posiciones de mando -aparentan o pueden aparentar imparcialidad-, mientras que las personas Francas son las más sinceras en sus relaciones profesionales, lo que también puede ser una ventaja según el contexto.

Las tres protagonistas de Killing Eve tienen una profesión similar y tres exteriorizaciones emotivas bien distintas, que no son óbice para su trabajo, al contrario. Idealmente, en los entornos profesionales debemos conseguir contar con personas con exteriorizaciones emotivas controladas; personas que adopten estrategias que les permitan comunicar emociones cuando conviene comunicarlas, cada una a su manera, y sin resultar exageradas o falsas.



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