Osar pensar en construir un estado que piense (I)

2.030

Albert Calderó

Un estado competente es una inteligencia colectiva organizada, capaz de alcanzar el progreso continuo económico y social para una sociedad de miles o millones de ciudadanos. Un estado competente es un estado que piensa.

Un estado que piensa es una coalición estable, cultivada activamente, de un conjunto amplio y diverso de élites que piensan. Élites empresariales, funcionariales, militares, políticas, científicas, profesionales y sociales que piensan y gestionan la coalición de élites y el progreso económico y social.

Un estado que piensa puede ser o no independiente, y un estado independiente puede pensar o no.

Es evidente que Escocia es un estado que piensa, aunque no es independiente, y aunque miles de escoceses formen parte de las élites estatales del Reino Unido. E igualmente Massachusetts piensa. Y Delaware piensa, aunque nunca sale en los periódicos (no quiere salir). Los Estados Unidos es uno de los Estados que mejor piensa del mundo, y se nota. Es un estado que piensa federalmente, muchos estados federados piensan incardinados con el estado federal. Y también hay en los Estados Unidos estados federados que no piensan.

Hay estados independientes muy pequeños que piensan, como Luxemburgo o Islandia. Tiene mérito.

Y, por desgracia para sus residentes, hay estados independientes, incluso grandes, que no piensan, como Irak o Afganistán, y hay muchos otros, que no piensan. En general no les va bien.

Muchos estados han conseguido la independencia sin pensar. Simplemente porque el estado matriz les ha hecho independizarse o les ha dejado independizarse, o se ha disuelto. Hay muchos ejemplos.

También hay estados disfuncionales, que tienen élites poderosas y organizadas que piensan, pero que no tienen coalición entre ellas, y que luchan entre ellas por la hegemonía. Estos estados típicamente tienen etapas buenas y malas, y transiciones imprevisibles entre unas y otras. Rusia, China e India son buenos ejemplos. Son estados inquietantes donde puede pasar cualquier cosa, incluso que tengan etapas en las que vayan bien.

Hay dos grandes factores que ayudan mucho a los estados a pensar. Uno es la economía de mercado y el otro es la democracia. Tanto uno como otro son sistemas flexibles, auto-regulados y meritocráticos, que facilitan las coaliciones de las élites y al mismo tiempo la adaptación de los sistemas a los cambios. Cuanto mejor funcionan estos dos factores mejor piensa del estado. Y cuantos más "checks and balances" tiene un estado mejor piensa.

Una vez definido este escenario conceptual propongo cuatro tesis.

  1. España es un estado disfuncional.
  2. Cataluña es un estado que no piensa.
  3. Tanto si Cataluña aspira a ser un estado independiente como si aspira a formar parte federalmente de las élites españolas, tendría que atreverse a pensar en construir Cataluña como un estado que piensa.
  4. Tanto si España aspira a integrar Cataluña federalmente, como si aspira a integrar las élites catalanas sin reconocer a Cataluña como sujeto político federado, como si acepta la independencia de Cataluña, tendría que atreverse a pensar en construir España como un estado que piensa.

En próximos artículos de esta serie profundizaré en estas cuatro tesis.



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