Balenciaga -o la dificultad de delegar.

Y tú, ¿cómo eres?
30/1/24
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"Todos estamos acostumbrados a delegar, a dejar hacer a los demás, pero tú... Necesitas controlarlo todo. Enseñas a tus sastres a colocar las agujas, a tus costureras a coser y a tus modelos a caminar. Todos son extensiones tuyas. Formas parte de cada vestido que haces. ¿Qué harías si hicieras prêt-à-porter? ¡Eres un rey!"".

Esto que Coco Chanel dice a Balenciaga en la mini serie "Cristóbal Balenciaga" nos describe bastante bien el personaje; viendo los seis capítulos, descubriréis un Balenciaga que según nuestro método sería una persona con una necesidad de Resultados extrema; una R tan brutal que, como le dice su amiga y competidora Coco Chanel, casi hace personalmente cada uno de los trajes para sus clientas. Alguien que dice sentir lo más parecido a la felicidad cuando logra incluso participar en el proceso de fabricación de las telas que utiliza, controlando todo el proceso desde la creación del tejido hasta la elaboración final del traje, revisando personalmente cada uno de los pasos, sin socios que interfieran, nadie que pueda decidir nada sobre todo el proceso, sólo él.

A las personas R, como explicamos en el método, les cuesta mucho delegar; su necesidad de Resultados hace que quieran ser responsables del máximo del proceso para asegurarse personalmente que el resultado de su trabajo es como ellas creen que debe ser, y esto es muy complicado cuando en una tarea participa mucha gente distinta, más aún si estas personas también pueden decidir con sus propios criterios, y no se limitan a ejecutar lo que la persona R quisiera.

Aplicando esto a nuestras organizaciones, a menudo encontramos personas R liderando equipos, que a poco que sean un poco eficientes sobresalen en la maestría de sus subordinados, enseñándoles cómo hacer las cosas -según su criterio-, codo con codo y haciéndolo con ellos de modo que aprendan... Pero a quien no gusta mandar, que sólo ejercen ese liderazgo como medio si es obligatorio para conseguir el resultado que quieren. Y que no buscan ninguna palmadita en la espalda, ningún apoyo de los demás, ni quieren el poder o la fama... Como Cristóbal Balenciaga, las personas R se expresan con sus vestidos, sus obras, el resultado de su trabajo.

Pero muchas veces las personas R no entienden que el resultado de su tarea no les pertenece, que la tarea termina; un buen ejemplo es el diálogo que tiene Cristóbal Balenciaga de la serie con una mujer al salir de misa, habiéndose dado cuenta de que lleva uno de sus trajes, y mal planchado:

- Buenas tardes, señora. ¿Sabe que puede llevar su abrigo a Maison Balenciaga para que lo planchen?
- ¿Perdone?
- He visto que el gabano no cae...
- Lo siento, pero no sé quién piensa que es usted para insinuar que mi abrigo está dañado.
- Éste es mi abrigo. Soy Cristóbal Balenciaga.
- Encantada de conocerlo, pero se equivoca: el abrigo es mío, lo pagué yo y puedo ponerlo como quiera. Buenas tardes.

El abrigo ha sido creado por Cristóbal Balenciaga, que ha supervisado seguramente desde la elaboración de la tela hasta el cosido final, incluso haciendo algo personalmente durante el proceso; pero el abrigo se ha vendido, esta señora lo ha comprado, y si lo lleva 'mal planchado' es su decisión, y un R como Balenciaga no puede entenderlo. Para él, sus obras, el resultado de su trabajo, es suyo, es, como le dice Coco Chanel, una extensión de sí mismo.

Hay algunas personas R en nuestras organizaciones que, también utilizando la expresión de Coco, se sienten reinas o reyes; no buscan el poder, no quieren dominar, pero su manera de actuar para conseguir el resultado que consideran adecuado puede llevarlas a olvidar que forman parte de un equipo, de una organización, donde puede haber otras opiniones válidas, otras aportaciones adecuadas, otras personas capaces. La tentación de hacerlo todo ellas directamente les es muy natural. Les resulta muy difícil compartir, les parece imposible delegar.

Pero si les hacemos entender que el resultado final puede ser aún mejor si delegan con inteligencia, y que no tienen por qué perder el control de todo el proceso... Pueden convertirse en aún más eficientes, y mejorar el conjunto de la organización.

Ser Negociador no significa ser buena persona -¡ni ser Actoral significa ser mala persona!

Y tú, ¿cómo eres?
24/1/24
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Eliseo, "El Encargado" interpretado por Guillermo Francella en la serie del mismo nombre, es un personaje fascinante; ya desde el primer capítulo vemos que este encargado de un edificio acomodado de Buenos Aires, que siempre saluda con una gran sonrisa a todos los vecinos, realmente esconde un gran talento manipulador, una cara oculta reservada para él y nosotros... Y , desde nuestra posición privilegiada de espectadores, podemos ver un gran ejemplo de lo que según nuestro método llamamos Negociador Actoral.

Definimos a los Actorales como aquellas personas que pueden exteriorizar unas emociones a pesar de oír a otros, haciéndolo de manera consciente. Durante las dos temporadas de la serie vemos que Eliseo lo practica de forma habitual, frente a los espejos: ahora simulo que río, ahora muestro interés, ahora no transmito ninguna emoción... La última escena de la entradilla de la serie, que se repite capítulo tras capítulo, es inquietante y muy Actoral: Eliseo nos mira desde otro lado de la mirilla de su puerta, con una gran y cálida sonrisa... Que dramáticamente, con golpe musical, muta a una cara seria, fría, inquietante.

Eliseo puede sentir cualquier emoción pero intentar mostrar otra distinta, como buen Actoral. Sin hacer spoilers, hay muchos momentos en los que es pillado por alguien en falso, sin demasiada justificación por lo que creen que acaban de ver o deducir, y siempre consigue reaccionar poniendo la mejor de las caras -si la situación cree que se puede solucionar con buenas palabras y calidez y empatía- o la peor de las caras -si cree que no hay más remedio que mostrarse duro, frío o incluso violento. Usa sus expresiones como una herramienta profesional más, y lo hace sin ninguna consideración moral.

Pero esto también tiene que ver con su modo de gestionar los conflictos, el hecho de que es un Negociador muy hábil; en nuestro método definimos a los negociadores como personas que ven en todo conflicto una oportunidad para conseguir algo, e intervienen de forma activa, intentando maximizar sus beneficios.

Eliseo no deja de provocar conflictos, no los evita; los provoca pero los intenta tener controlados, intenta aprovecharlos en todo momento para ganar siempre. Y todo nuevo conflicto que se crea delante, sea o no por su acción, puede ser una oportunidad si se enfoca de manera Negociadora, y en su caso con mucha sangre fría. Podríamos pensar, por la forma en que vemos que reacciona en privado ante los conflictos, que es alguien muy Ofensivo, alguien que ante el conflicto cuando actúa lo que hace es atacar violentamente, matar al adversario... Pero lo cierto es que Eliseo, como todos los Negociadores, si hace uso de las herramientas de los Ofensivos es sólo para ganar y cuando cree que le es útil, y evita 'matar' siempre que hay alguna alternativa que permite ganar sin dejar cadáveres por el camino .

Ocurre que Eliseo, al ser muy buen Negociador y muy buen Actoral -un gran personaje de ficción, interpretado magistralmente-, hace uso de sus habilidades de maneras espectaculares, dando la vuelta a situaciones imposibles, llevando al límite su capacidad de engañar a los demás con la mejor de las caras con el fin de conseguir su máximo beneficio personal.

Y esto me sirve también para explicar algo que no parece obvio cuando se empieza a entender nuestro método: ser buena o mala persona es independiente de las "letrillas"... Que alguien sea Negociador no quiere decir que busque la paz en el mundo y el bienestar de todos, al igual que si alguien es Actoral no quiere decir que sea mentiroso y manipulador.

Nuestras letras definen formas de ser y actuar respecto a las dimensiones que planteamos, pero no entran en valoraciones morales sobre cómo se utilizan estas habilidades. Hay personas N que ante los conflictos hacen ganar a todos por igual y otros que buscan priorizar su beneficio personal; hay personas A que aprovechan su habilidad para poner la cara que creen que deben hacer frente a quienes creen que deben manipular, y personas A que lo hacen buscando la empatía... Es decir, que se puede ser Negociador y Actoral y ser como Eliseo, pero también se puede ser buena persona.

La venganza de los Ofensivos

Y tú, ¿cómo eres?
28/11/23
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"__No sé quién eres. No sé qué quieres. Si buscas un rescate puedo decirte que no tengo dinero, pero lo que sí tengo son un conjunto de habilidades muy particulares. Habilidades que he adquirido a lo largo de una larga carrera. Habilidades que me hacen ser una pesadilla para gente como tú. Si ahora liberas a mi hija, se acaba todo: no te buscaré, no te perseguiré. Pero si no... Te buscaré, te encontraré... y te mataré".

Esta icónica escena del personaje de Liam Neeson en Taken, donde habla por teléfono con el secuestrador de su hija, puede servirnos para entender el comportamiento habitual de las personas que gestionan los conflictos de manera Ofensiva.

A las personas O no les gustan los conflictos; como el personaje de Taken, a menudo antes de enfrentarse intentan una salida que inicialmente puede parecer defensiva: no hace falta que nos hagamos daño, "no te buscaré, no te perseguiré", si la liberas tú no será necesario que haya de actuar yo para solucionar el conflicto... Porque los O saben que, cuando finalmente actúan, lo hacen de forma contundente. Para solucionar el conflicto atacan su fuente, y, si pueden, cortan cabezas.

Como saben que esta forma de actuar a menudo les lleva problemas, y van acumulando un rastro de "cadáveres" a medida que avanzan dentro de una organización, a menudo las personas Ofensivas intentan no ejercer como tales hasta que ven más remedio. Pero también puede ocurrir que, queriendo actuar, no tengan capacidad en ese momento para hacerlo, ya sea porque no tienen suficiente poder o suficiente fuerza dentro del equipo, o suficiente liderazgo en la organización... Y aquí también aplica la última parte de lo que dice por teléfono: "Si no... Te buscaré, te encontraré.... Y te mataré".

Las personas Ofensivas, si creen que deben actuar para solucionar el conflicto pero no pueden hacerlo en ese momento, tienen memoria. Y creen en la idea de la venganza, y les parece justa. Aunque hayan pasado años, y eso parezca olvidado: mucho tiempo después, cuando quizás ya no viene a cuento de nada, pero cuando la persona O ocupa una posición de más poder o tiene una oportunidad que no tenía en el momento que quiso solucionar el conflicto a su manera y no pudo hacerlo... Como el personaje de Liam Neeson: busca, encuentra y mata.

La idea de las listas negras, la memoria de agravios a los que irá haciendo frente a medida que pueda hacerlo, es habitual para las personas que gestionan los conflictos de forma Ofensiva. Los conflictos se recuerdan, y se actúa "violentamente" cuando se cree que se puede actuar o cuando se tiene suficiente poder o influencia para poder hacerlo.

Por eso a las personas Ofensivas no les gusta amenazar; saben, como el personaje de Liam Neeson, que si amenazan a alguien será para acabar cumpliendo su amenaza, ahora o en diferido; que si se ven obligados a implicarse en la solución de un conflicto lo harán buscando, encontrando y matando, hoy o cuando puedan hacerlo. Con memoria, lista negra y paciencia, ejerciendo la venganza de los Ofensivos.

Control, jefes Trabajoadictos!

Y tú, ¿cómo eres?
21/11/23
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Definimos las T, los Trabajoadictos, como personas para las que el trabajo es la vida. No hacemos referencia a la patología, la adicción al trabajo, sino describiendo el hecho de que sitúan el trabajo por delante de otros aspectos de su vida.

Además, como también explicamos en nuestro método, todas las letras pueden ser controladas o descontroladas. Es decir, hay personas T que sitúan el trabajo por delante de la vida pero lo hacen de forma controlada, efectiva, útil para el trabajo y para sus relaciones personales; pero también hay personas T descontroladas que quedan totalmente absorbidas por el trabajo, y que a menudo asumen que todo el mundo debería hacer lo mismo.

Y si estas T, además de descontroladas, son jefes de equipos, los conflictos son habituales, tanto con las personas Hedonistas -para las que el trabajo no es la vida- como con otras personas Trabajoadictas pero controladas: llamadas fuera de l horario de trabajo por cosas que se pueden solucionar al día siguiente en el trabajo, mensajes de madrugada o en fin de semana o en vacaciones pidiendo inmediatez para cosas que alguien podría responder... En resumen, tienen el trabajo al cabo día y noche, laborable y festivo, y creen que el resto del equipo también debe trabajar de la misma forma, y que los que no lo hacen no son ni pueden ser buenos trabajadores.

Esto es un error, tanto para su bienestar personal como para el buen trabajo del conjunto de su equipo. Como bien saben los T controlados, intentar que todo el mundo ponga el trabajo por delante de la vida no siempre funciona e, incluso con quien funciona, no es sostenible en el tiempo si no es para trabajos variables con plazos muy cortos y estrictos, trabajos de proyectos o en situaciones de crisis, donde es necesaria mucha disponibilidad e intensidad.

Si el trabajo pide muy en poco tiempo, de forma muy focalizada y con una dedicación discontinua y variable, si es un trabajo que se debe continuar a veces en casa y el fin de semana, o un trabajo que a menudo estropea las previsiones de horarios o jornadas y complica la agenda... En estos casos extremos, es evidente que una actitud Trabajoadicta facilita las cosas, mientras que los Hedonistas sufren mucho. Pero, incluso en estos trabajos muy específicos, esta intensidad no puede mantenerse de manera indefinida -por mucho que un jefe Trabajoadicto descontrolado piense lo contrario.


En cambio, hay otros trabajos donde los buenos Hedonistas sobresalen: trabajos donde se necesita concentración, objetividad, previsibilidad y cierta regularidad, sin gran exigencia de agenda... O trabajos donde es más importante el trabajo colectivo, o incluso que haya un buen ambiente de trabajo... O incluso trabajos con alto riesgo de frustración... -que no se llevan a casa.

Ser Trabajoadicto no asegura ser mejor o peor ninguno ni conseguir liderar mejor o peor un equipo; pero el autocontrol de la T de los jefes Trabajoadictos sí garantiza un mejor ambiente de trabajo y muchos menos conflictos con el conjunto del equipo!

"Ubi fracasorium ibi fuggitorium", o las salidas de los Defensivos

Y tú, ¿cómo eres?
8/11/23
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Pulcinella es uno de los personajes de la Commedia dell'arte, los espectáculos improvisados ??de calle del renacimiento italiano; astuto y filosófico, máscara negra con una gran nariz, sombrero blanco puntiagudo... En Nápoles se convierte en uno de los personajes principales de este teatro, representando la plebe napolitana, el alma del pueblo humilde.

Tuve la oportunidad de asistir al seminario y concierto de música antigua "Pulcinella musico e filosofo. Arie e cantate comiche napoletane nel Settecento", donde varios especialistas intervinieron para hacernos entender el personaje y su importancia; del conjunto de ideas que salieron, una que explicó en Corrado Bologna me gustó especialmente, también porque tiene mucho que ver con nuestro método: la filosofía de Pulcinella se resume en la sentencia "Ubi fracassorium ibi fuggitorium", es decir, "Donde hay un fracaso hay una fuga"...

Pase lo que pase en la escena, por muy grave que sea, Pulcinella siempre busca -y encuentra- una manera de salir adelante, una vía de escape; sus apariciones en las obras están siempre en los entreactos, no dejan de ser interrupciones... Que acaban en fuga. Es decir, para todo fracaso hay una salida, una forma de sortear el problema, una manera de seguir adelante dejando lo atrás sin tomar daño.

Este comportamiento vital se corresponde bastante bien con la actitud ante de los conflictos de los Defensivos; tal y como hace Pulcinella, las personas Defensivas no buscan solucionar el conflicto, ni se enfrentan a él, sino que, si pueden, lo esquivan, buscan vías para huir y seguir con su vida, dejándolo atrás y, a ser posible, bien olvidado.

Las personas Defensivas que utilizan al máximo su gestión del conflicto se vuelven expertas en encontrar vías de fuga, o, lo que es lo mismo, los 'grados de libertad' de los que siempre habla Jordi Oliveres Prats: ante cualquier situación, decisión, problema... Intentan mantener el máximo de opciones posibles, el máximo tiempo posible... Para no verse obligadas a escoger hacer una u otra cosa y no poder huir; los Defensivos no quieren quedar nunca atrapados en caso de que de repente aparezcan problemas o conflictos, por lo que siempre intentan escoger las opciones que no cierran la puerta a nuevas posibilidades, que no dejan de ser nuevas vías de escape: ubi fracassorium ibi fuggitorium.

No hace falta ser Defensivo para entender las bondades de este sistema en lo que respecta a la supervivencia; también es verdad que a las personas Ofensivas este sistema puede ponerlos muy nerviosos, porque prefieren afrontar el conflicto de cara, "matar o morir" en lugar de huir, y lo que para los Defensivos es instinto de supervivencia para los Ofensivos puede parecer debilidad o incluso cobardía.

En nuestros equipos a menudo trabajan personas D y personas O, y conocer esta manera de hacer de los Defensivos nos puede ayudar a cohesionar y entender mejor a los demás, tal y como son y no cómo queremos que sean.



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