El caso de los concejales Ofensivos (o como en la vida hay que tener mano izquierda)

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Una vez, explicando nuestro método a equipos de gobierno municipales, me encontré una situación curiosa: les exponía la gestión del conflicto, y todos los concejales que tenía sentados en primera fila se miraban entre ellos, asentían y sonreían con complicidad, hasta que uno dijo "¡Por eso tenemos tantos follones!".

Me detuve para poder comentarlo y... Sí, la situación era bastante divertida: escuchándome explicar las tres posibles gestiones del conflicto, los seis concejales del equipo de gobierno se habían dado cuenta de que eran todos Ofensivos; es decir, que todos encaraban los conflictos de la misma manera: con desgana pero, una vez puestos, con toda la fuerza, actuando con contundencia... Y con memoria y rencor y listas negras, dejando un rastro de 'cadáveres' en su paso, ya fueran trabajadores municipales, presidentes de entidades, vecinos...

Es decir, cuando cualquiera de estos concejales iba a hablar con unos vecinos que tenían una queja sobre la acción del Ayuntamiento, su gestión de ese conflicto siempre era Ofensiva y, a menudo, acababa generando nuevos conflictos; cuando había algún problema interno con sus trabajadores municipales, el conflicto se resolvía con contundencia y a menudo con consecuencias que a la larga devolvían y complicaban el ambiente de trabajo... Cuando uno de ellos se cabreaba con el presidente de una entidad, las cosas iban mal dadas porque le ponía en su 'lista negra' particular y no le perdonaban ni una... Y así con todo.

Pero, de hecho, gran parte del problema era que nunca se habían hecho esa reflexión; que ellos veían como normal, como habitual, la gestión Ofensiva de los conflictos, porque todos ellos eran O. Pero en el mundo también existen personas Defensivas y Negociadoras, y los conflictos a menudo se resuelven mejor combinando y compensando nuestras gestiones diversas.

La explicación del método les hizo entender que podían complementar su O haciéndose acompañar a las visitas con vecinos donde había follón por algún trabajador municipal -o compañero del partido- que fuera Defensivo o Negociador, o incluso delegando algunas de las interacciones más complicadas/polémicas en personas de un perfil no Ofensivo para evitar crear nuevos incendios. Que no tenían por qué dejar de ser O, pero que podían modular esta gestión del conflicto acompañándose y escuchando a personas D o N de su entorno, para actuar con toda la contundencia cuando fuera necesario, pero no siempre y en todo momento .

Que todo un equipo sea Ofensivo no es una situación habitual, pero como vemos tampoco es imposible; habitualmente, en nuestros equipos hay personas Defensivas, Ofensivas y Negociadoras, y conseguir mejorar la gestión de los conflictos es relativamente fácil una vez se entiende el método y se ve la utilidad de forma compartida: las O aprenden a equilibrarse ayudando -se de las D y N, y las D hacen lo mismo ayudándose de las O y N. Y las personas Negociadoras también ven la ventaja de ayudarse de las O o las D según les convenga.



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